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“Quiero pensar que no se va a morir en una bodega”: autor del vitral de Palacio Municipal

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12/07/2020

Por Fernanda Padilla

Jorge Murillo Villegas, artesano con cuantiosos años de experiencia es el autor del vitral de San Luis Rey de Francia que fue retirado hace algunos días del Palacio municipal y del que señaló espera que no muera abandonado en una bodega.

“La verdad yo, desde toda mi vida disfrutaba mucho ver libros de los vitrales, de las capillas de las iglesias que son del siglo XIV y XV, la verdad qué hay muchísima literatura, me llamaba mucho la atención, era un gusto. (…) Resulta que cuando yo inicié esto, no había gente aquí en San Luis, y en México y eran escasos los que hacían vitrales”.

Empezó con un taller pequeño en su casa, para luego mudarse a uno de los locales de los Cinemax Gemelos, en aquel entonces, y poco a poco fue creciendo hasta rentar bodegas en la Zona Industrial.

Don Jorge Murillo recorrió todo el campo del vidrio, desde la fundición, laminación, soplado, vitro fusión entre otros, lo que le trajo fama para realizar obras en otros estados.

Su empresa fue escuela de más de 55 artesanos que poco a poco lograron emprender sus caminos, mientras que otros lo siguen acompañando en travesías como la del Palacio Municipal.

Este artesano presentó de inicio otros diseños decorativos, sin embargo, lo que estaban buscando era algo representativo para todos los potosinos

“Yo quisiera nada más que se imaginara usted, el grado de complejidad, trabajamos a 20 metros de altura, trabajamos con un vitral que pesa 800 o 900 kilos, está calculado y diseñado para que soporte 3 toneladas de peso, (…) entonces sí representó un grado de dificultad donde tuvo que intervenir gente muy especializada en su área y gente muy especializada en el manejo de este material”.

También, advirtió que su trabajo tiene garantía.

“Descansé, la verdad es que descansé, es un reto, yo lo veía como un reto en muchos sentidos, yo me quedo satisfecho, es más, le puedo comentar, si un trabajo no me gusta, no lo instalo”.

La desinstalación de la obra le generó un total desconcierto.

“Primero desconcierto, yo no sabía por qué diablos lo estaban quitando, pude imaginarme muchas razones, pero no me daban certeza de nada, (…) pues no es agradable que retiren el trabajo de uno, pero quiero pensar que no se va a morir en una bodega, qué dónde vaya a quedar, pues que lo traten con cariño y lo pongan bien, eso es lo único que puedo decir”.

Sobre las declaraciones de funcionarios que sin tacto alguno minimizaron el trabajo de don Jorge, enfatizó que respetaba su opinión, pero aclaró que no entraría en discusiones que no le corresponden.

“He escuchado muchas cosas que me dan risa la verdad, un poquito de cultura no les caería mal, no pasa de ahí. (…) La ilusión de todo mundo es que las piezas que uno hace sean vista con gusto, sí no está ahí y sí queda en una bodega arrumbado, pues la satisfacción de verlo y escuchar comentarios, esa no me la va a quitar nadie, me siento ajeno a eso, no pasa nada”.

 

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