Cuando hablamos de poligamia pensamos que el hombre es el único con derecho a contraer matrimonio con varias mujeres en los muchos países africanos o asiáticos donde esta tradición se sigue practicando.
Sin embargo, seguro que muchos aún no habían escuchado el término “poliandria”, sí, aquel que permite a una mujer casarse con más de un marido. Un término apenas conocido hasta hace unos años y cuya práctica se lleva a cabo en un país: Nepal.
Los expertos han descubierto que la poliandria es un fenómeno en algunas especies de mamíferos e insectos, aunque uno de los primeros ejemplos trasladados a los humanos lo encontramos en la tribu Irigwe de Nigeria donde, hasta 1968, una mujer podía casarse con dos hombres.
No obstante, el norte de la India, el Himalaya y, especialmente, Nepal, son algunos de los pocos países en los que una mujer puede contraer matrimonio con varios hombres, en este caso, con los hermanos de una misma familia.
El factor feminista es lo primero que se nos viene a la cabeza. Sin embargo, el motivo de estas uniones corresponde a otros intereses más económicos. En Nepal, la división de la tierra tras la muerte del patriarca reporta muy pocas hectáreas a los diferentes hijos y sus familias. Aglutinar a todos ellos con una misma mujer no sólo implica un concepto de familia más concentrado, sino que la posibilidad de obtener mayores beneficios al trabajar la misma tierra sin necesidad de dividirla es un beneficio cuantioso tanto para la mujer como para los hermanos.
Generalmente, la familia escoge a la mujer que contraerá matrimonio con sus hijos. Tras la ceremonia, los diferentes hijos que proceden de estas uniones, si bien reconocerán a su padre, llamarán padre generalmente al hermano de mayor edad, mientras que los menores serán llamados “tíos”. Todos ellos conviven en la misma vivienda mientras los hombres alternan el tratamiento de los cultivos con los trabajos domésticos, de modo que la mujer nunca está sola.
La poliandria se ha visto cada vez más reducida en los países en los que se practica, aunque muchos patriarcas siguen viendo en esta costumbre el mejor salvoconducto para unificar las propiedades de sus descendientes.
Nepal es uno de los pocos países en donde se practica la poliandria, una tradición que alude a cuestiones más económicas que morales pero que, de un modo u otro, beneficia en mayor medida a una mujer cuya función de matriz para una familia entera no sólo la llevan a ejercer una posición más privilegiada, sino que el tópico de la poligamia se ve sacudida por un mundo en el que nunca debemos dar nada por hecho.