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Matehuala… en medio del arsénico

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11/12/2018

Reportaje especial

Por Miguel Ángel Lucio

Este lago se encuentra al interior de un espacio recreativo ubicado en la comunidad Cerrito Blanco, pareciera ser normal, pues unos patos nadan sobre él y junto a ellos se aprecian a unos perros que resguardan el sitio desconociendo que viven bajo un peligro inminente, pues el agua está contaminada por arsénico.

Por más de 60 años, habitantes de esta comunidad ubicada en el municipio de Matehuala han convivido con uno de los metaloides más venenos del mundo, el arsénico, gracias a una vieja fundición que está en total abandono, la cual ha vertió este químico a los mantos friáticos.

Bernabé Grimaldo González es habitante de esta región, y señaló que mucho se ha hablado sobre la contaminación, pero no tiene la certeza de que así sea, sin embargo, a modo de persecución él no utiliza esa agua para consumo humano, pero sí se utiliza para dársela de beber a los animales y para las actividades agrícolas.

“Es solamente para los animales y en su caso para la agricultura, pro a raíz de eso mucha gente pues también se ha dejado de cultivar”.

En la zona se acostumbraba a sembrar maíz y alfalfa principalmente, pero la gente dejó de hacerlo por esta situación, además de que comenzaron a detectar que las tierras dejaron de ser productivas.

“La producción fue baja, sin exagerar unos diez años o más, porque al regar con esa agua no crece tanto la planta”.

Por otro lado, San Juana Moreno Rodríguez habitante de Matehuala, indicó que hay mucha preocupación sobre la calidad del agua, pues hay personas que han sufrido las consecuencias.
“Empezaron a escarbar y todos los residuos los están echando al agua para abastecernos en el hogar de todos, hay inclusive personas que ya han presentado alergias o rochas o no sé qué será”.
Con ella coincidió María Victoria Moral Cruz, indicó que hace muchos años el agua se consumía sin problema, pero con la contaminación prefieren mejor consumir purificada.
“Hay personas que dicen que se han enfermado del estómago, les ha dado diarrea, vómito, desvanecimientos y creemos que es por el agua contaminada”.

Esta situación llamó la atención de investigadores del Instituto Potosino de Ciencia y Tecnología (IPICYT), quienes a través de una serie de exploraciones detectaron que altos valores de arsénico en el agua, incluso superando los permitidos en la norma oficial, así lo declaro Nadia Martínez Villegas, investigadora de la división de Geociencias Aplicadas.
“En el caso más drástico que es la normatividad para agua de uso y consumo humano, el nivel de referencia es 0.25 miligramos por litro, si lo ponemos en el caso de arsénico de aguas naturales hay varios parámetros que nosotros podemos pensar 0.2, 0.4 miligramos por litro y en Matehuala hemos encontrado concentraciones de casi 160 miligramos por litro, entonces es un valor bastante alto”.

De ahí la importancia de que la gente no lo consuma, por eso se han realizado diversas campañas para que así sea, sin embargo, existen diversas rutas de exposición a esta agua contaminada, pues la gente de la comunidad Cerrito Blanco la da de beber a los animales de consumo humano y se continúan rociando algunos cultivos.

La compañía minera Asarco, utilizó por varios años un predio donde procesaba minerales para obtener los metales y dentro de ese proceso utilizó de manera indiscriminada el arsénico, después se fue y hoy dejó en el abandono el predio, al que hoy se le conocer “El Grasero”, así lo narró Ismael Leyva Nava, catedrático del Instituto Tecnológico de Matehuala, quien propone remediarlo.

“Derechos Humanos ya tomó parte de la problemática, que ventajas hay, que está muy focalizado el punto de contaminación, el origen que es “El Grasero”, no está expandido, está concentrado, hay procesos de remediación del suelo, lo han hecho en lugares como el parque bicentenario de San Luis Potosí, a través de la SEMARNAT o instituciones públicas.
Si bien a la fecha no se han detectado muertes por el consumo de esta agua contaminada, destacan expertos han encontrado presencia del metaloide en el cabello.
Lo que han hecho expertos del IPICYT es hacer pequeños trabajos, sin embargo, trabajan un proyecto para presentárselos a las autoridades en el estado a fin de remediar la zona contaminada, y si se aprueba y obtienen los recursos en un periodo de tres años podría lograrse una remediación del cien por ciento.

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