La rotura de una presa el miércoles por la noche en el centro de Kenia, en África, causó la muerte de al menos 41 personas entre ellos más de una docena de niños, los cuales fueron arrollados por el agua y el lodo.
En Kenia se habían reportado zonas muy afectadas por la sequía, ahora desde el mes de marzo el país ha tenido lluvias, las cuales han provocado grandes inundaciones, dejando sin vida al menos 170 personas.
El miércoles por la noche los muros de la represa de Patel, en la localidad de Solai, cerca de Nakuru, cedió y la ola de agua y barro inundó varias escuelas, un centro comercial, edificios de viviendas y campos de cultivo de Solai. Se trata de una enorme presa situada en la parte superior de un conjunto de tres embalses de propiedad privada. El complejo se encontraba lleno de agua debido a las lluvias torrenciales que han caído en el país durante al menos las últimas dos semanas.
Toda la noche, los socorristas, con la Cruz Roja local a la cabeza, trabajaron para auxiliar a los supervivientes y recoger los cuerpos de las víctimas.
La Cruz Roja de Kenia ha indicado en su cuenta de Twitter que ya ha rescatado a 39 personas. Cerca de 132 personas han muerto durante los últimos dos meses debido a las fuertes inundaciones y más de 222.456 personas se han visto obligadas a desplazarse, según el Gobierno del país.
“Actualmente tenemos 41 muertos en esta tragedia”, declaró a la AFP Gideon Kibunjah, responsable policial regional, que precisa que 20 de las víctimas son niños.
“Es una catástrofe porque la mayoría de los habitantes estaban durmiendo cuando se produjo la tragedia”, añadió.
Al menos 36 personas ingresaron en establecimientos médicos de la región.
Fuentes locales afirmaron a la AFP que la represa se usaba para irrigar las granjas aledañas y cerca de ella había viviendas de obreros agrícolas.